domingo, 11 de diciembre de 2011

Frío en La Rosaleda

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     Volvía el fútbol a Málaga un domingo por la tarde y el ambiente, minutos antes, no defraudaba. Como siempre, las calles colindantes al estadio estaban abarrotadas de público y los bares y quiosquitos de Martiricos respiraban malaguismo. Es lo que tiene ser, ahora, uno de los grandes. Pero ser un grande es una condición que hay que demostrar sobre el verde y esa es una tarea a medio cumplir todavía.

     La tarde amenazaba lluvia y el frío meteorológico se contagió al ánimo de cuantos pisamos el estadio. Esta vez, la justicia era injusta con los de Pellegrini. La portería de Fondo era un frontón sobre el que se estrellaba un Málaga, cada vez, más liderado por Isco, y al que sólo se pudo batir en una ocasión, curiosamente, por el probable cuarto delantero de la plantilla, el niño Juanmi. Ni Van Nistelrooy (sin convocar), ni Rondón (muy luchador pero sin pólvora), ni Seba Fernández (querer y no poder) lograron materializar las enésimas oportunidades de marcar, hasta que llegó el canterano y puso las tablas en el marcador.

     Injusto, muy injusto el resultado, al menos, esa era la sensación que tuvimos desde Gol Alto. Como mal menor, seguimos en puestos europeos (quién lo iba a decir cuando dejé este blog la temporada pasada).

     Y la próxima semana… Mestalla (pasando por Getafe).

1 comentario:

  1. Me parece a mí que lo que menos te defraudó fue el gintonic del kiosco.

    Lo siento Guapo.
    Seguimos en primeros puestos. El sentimiento de alegría ante este Málaga es grande domingo tras domingo.
    Soy feliz en el fútbol con mi gente (tú entre ellos...).
    Pero sigo sin ver a Pellegrini digno de este equipo. Es un triste.
    Ojalá al final de temporada me trague mis palabras.

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